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El sapo corredor, conocido también como Epidalea calamita o Bufo calamita, es un anfibio anuro de la familia Bufonidae en la Península Ibérica. Se encuentra ampliamente distribuido por distintas regiones excepto las Islas Baleares, destacando sus hábitats en zonas arenosas y pedregales.

Este sapo presenta características físicas distintivas, como un cuerpo rechoncho y patas traseras más largas en los machos. Su reproducción se lleva a cabo en charcas y estanques de aguas someras, donde realizan una puesta de huevos que luego se convertirán en renacuajos. Además de su importante papel en el equilibrio de los ecosistemas, el sapo corredor destaca por su alimentación de insectos y su sensibilidad a la contaminación del agua.

La familia Bufonidae y sus características

La familia Bufonidae pertenece al orden de los anuros y está compuesta por diversas especies de sapos, entre ellos el sapo corredor (Epidalea calamita o Bufo calamita). Estos anfibios poseen características especiales que los distinguen de otros miembros de su orden.

Los sapos de la familia Bufonidae tienen cuerpos robustos y rechonchos, con una piel rugosa y parotoides, glándulas especializadas que segregan sustancias venenosas como mecanismo de defensa. Además, presentan glándulas parotídeas muy marcadas y paralelas. A diferencia de las ranas, los sapos tienen una cabeza grande y un hocico corto.

Estos anfibios son conocidos por su capacidad para secretar una sustancia tóxica a través de su piel, lo que los convierte en animales poco apetecibles para sus depredadores. Sus ojos tienen las pupilas horizontales y el iris verdoso. Además, presentan una línea amarilla o verde claro longitudinal en la mitad de la espalda, lo que los distingue de otras especies de sapos.

Aunque se encuentra en muchas partes de la Península Ibérica, sobre todo en zonas arenosas, pedregales y cultivos, el sapo corredor raramente se encuentra en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos.

  • Tienen cuerpos robustos y parotoides especializadas.
  • Presentan glándulas parotídeas muy marcadas y paralelas.
  • Su piel es rugosa y secretan sustancias venenosas.
  • Tienen cabeza grande y hocico corto.
  • La línea longitudinal en su espalda los distingue de otras especies de sapos.

Hábitat y distribución del sapo corredor en la Península Ibérica

sapo por la noche en una charca

Como ya hemos comentado, el sapo corredor, es un anfibio muy distribuido por toda España.

En cuanto a su hábitat, el sapo corredor puede habitar una variedad de entornos en la Península Ibérica. Se le puede encontrar en zonas de secano cercanas a charcas, bordes de ríos con zonas arenosas y zonas de piedras. También se adapta a las montañas e incluso a áreas costeras. Sin embargo, para llevar a cabo su reproducción, requiere de zonas húmedas de agua dulce y poco profundas, como charcas y estanques.

Es importante mencionar que el sapo corredor es una especie sensible a la contaminación del agua por productos fitosanitarios. Esta sensibilidad hace que su presencia se vea amenazada en ciertas áreas donde la calidad del agua ha sido afectada. Además, el sapo corredor está expuesto al peligro de sufrir atropellos, especialmente en carreteras cercanas a sus hábitats.

Características físicas de esta especie

El sapo corredor posee una serie de características físicas que le distinguen y le permiten adaptarse a su entorno. Su cuerpo es rechoncho y puede alcanzar una longitud de hasta nueve centímetros. Los machos tienen las patas traseras más largas que las hembras.

Una de las características más destacadas del sapo corredor es su apariencia robusta y sus pupilas horizontales. Su iris es de color verdoso y posee unas glándulas parotídeas muy marcadas y paralelas. A diferencia del sapo común, el sapo corredor presenta una línea amarilla o verde claro longitudinal en la mitad de su espalda, lo cual le confiere un aspecto distintivo.

Además, el vientre del sapo corredor es de color blanco con manchas negras. Pero una de las diferencias más notables entre los machos y las hembras se encuentra en el color de su garganta. Mientras que en las hembras la garganta es de color blanco, en los machos adquiere un tono violeta-azulado.

En cuanto a su habilidad para moverse, el sapo corredor, a pesar de su nombre, no salta como otros anfibios. Sin embargo, se desplaza con rapidez gracias a sus andares veloces. Además, es buen trepador y puede subir y descender por superficies verticales con destreza.

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Reproducción del sapo corredor y sus renacuajos

reproducción sapo corredor

La reproducción del sapo corredor es un proceso fascinante. Puede ocurrir durante diferentes épocas del año, siempre que las charchas donde lo hacen tengan agua. En la zona del Valle del Guadalhorce se pueden ver las primeras cópulas a primeros de febrero. Suelen coincidir con las lluvias que llenan los estanques y charcas donde ponen sus huevos.

Durante esta época, los machos emiten llamadas potentes que pueden escucharse a distancias de hasta dos kilómetros. Estas llamadas son utilizadas para atraer a las hembras y establecer su territorio.

Una vez que un macho ha atraído a una hembra, se produce el apareamiento. La cópula puede durar alrededor de diez o doce horas, durante las cuales el macho abraza a la hembra desde atrás y fertiliza los huevos que ella libera. En ocasiones cuando hay mucha población en la misma zona se pueden ver varias machos abrazados a una misma hembra.

La hembra del sapo corredor realiza una puesta de huevos en forma de un largo rosario doble, que puede constar de entre 1,000 y 11,000 huevos. Estos huevos son depositados en el fondo de aguas someras, como charcas y estanques.

Los huevos del sapo corredor eclosionan aproximadamente después de dos meses, dando lugar a los renacuajos. Los renacuajos son pequeños y de color negro. Se desarrollan rápidamente alimentándose principalmente de algas. Durante esta etapa acuática, los renacuajos pasan por una serie de cambios hasta que finalmente se transforman en sapitos jóvenes.

Es interesante destacar que la reproducción del sapo corredor y el desarrollo de sus renacuajos tienen un papel importante en el ecosistema. Los renacuajos se alimentan de pequeños organismos acuáticos, ayudando así a mantener el equilibrio de la cadena alimentaria en los cuerpos de agua donde se reproducen.

Alimentación del sapo corredor y sus costumbres

Epidalea calamita o Bufo calamita

El sapo corredor es un anfibio que se caracteriza por tener una alimentación variada y adaptada a su entorno. Su dieta se compone principalmente de insectos, siendo los escarabajos y otros invertebrados los más frecuentes en su alimentación. También se alimenta de arácnidos y hormigas, que constituyen una parte importante de su dieta.

El sapo corredor no salta como otras especies de sapos, pero tiene una capacidad de desplazamiento rápido gracias a sus andares ágiles. Es bueno trepando y se adapta fácilmente a diferentes terrenos. Durante el día, permanece escondido enterrado en la arena o bajo las piedras, a una profundidad de hasta 20 centímetros. Es principalmente de hábitos nocturnos, saliendo en busca de alimento durante la noche.

Este anfibio también tiene la capacidad de hibernar bajo la arena y las piedras durante el invierno. Durante este período de hibernación, su actividad disminuye considerablemente y se encuentra inactivo hasta que llega la primavera.

El sapo corredor forma parte de la cadena alimentaria, siendo depredado por una variedad de especies como culebras, aves y mamíferos. Las culebras son uno de sus principales depredadores, mientras que las aves, desde gorriones hasta milanos, también se alimentan de este sapo. Además, algunos mamíferos como mustélidos, erizos o ratas también forman parte de los depredadores del sapo corredor.

Curiosidades y datos interesantes sobre el sapo corredor

El sapo corredor (Epidalea calamita o Bufo calamita), tiene algunas particularidades que lo hacen realmente fascinante. A continuación, te presentamos algunos datos curiosos sobre esta especie:

  • Enanismo en la población de Doñana: En la zona de Doñana, se encuentra una población de sapo corredor que presenta un fenómeno de enanismo, siendo más pequeños en comparación con otras poblaciones en la Península Ibérica.
  • Diferencias entre machos y hembras: Los machos y las hembras de sapo corredor se pueden distinguir por su color de garganta. Mientras que las hembras tienen la garganta blanca, los machos presentan una tonalidad violeta-azulada.
  • Defensa ante amenazas: Cuando se sienten amenazados, los sapos corredores tienen la capacidad de hinchar su cuerpo y estirar las patas traseras, dando una apariencia imponente que puede intimidar a posibles depredadores.
  • Llamadas potentes: Durante la temporada de reproducción en abril y mayo, los machos emiten potentes llamadas que pueden alcanzar distancias de hasta dos kilómetros, permitiéndoles atraer a las hembras.
  • Importancia en el equilibrio de los ecosistemas: El sapo corredor desempeña un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas en la Península Ibérica. Gracias a su alimentación de insectos perjudiciales, contribuye a controlar las plagas en cultivos y áreas naturales.
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Estas curiosidades nos muestran la singularidad y relevancia que tiene el sapo corredor en nuestro entorno natural, reforzando la importancia de su conservación y protección.

Importancia del sapo corredor en el ecosistema de la Península Ibérica

sapo en el Valle del Guadalhorce

El sapo corredor desempeña un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas de la Península Ibérica. Su presencia contribuye a controlar la población de insectos perjudiciales para las cosechas, ya que se alimenta de diversas especies de escarabajos, arácnidos y hormigas. Esto es especialmente relevante en zonas donde se practica la agricultura, ya que ayuda a reducir la necesidad de utilizar productos químicos para el control de plagas.

Otro aspecto destacado de la importancia del sapo corredor es su sensibilidad a la contaminación de las aguas. Al ser una especie que requiere de zonas húmedas de agua dulce para reproducirse, su presencia o ausencia puede indicar la calidad ambiental de un área. Si las aguas están contaminadas, la población de sapo corredor disminuirá, lo que a su vez puede tener un impacto negativo en la cadena alimentaria y la diversidad de los ecosistemas acuáticos.

Además, el sapo corredor forma parte de la dieta de una variedad de depredadores, como culebras, aves y mamíferos. Su presencia en el ecosistema sirve de sustento para estas especies y contribuye a mantener el equilibrio y la biodiversidad en la Península Ibérica.

En la población de Doñana, se ha observado un caso de enanismo en este anfibio, lo que indica la importancia de este entorno natural como refugio y hábitat para la especie. La conservación del sapo corredor y su hábitat es esencial para preservar la diversidad biológica y garantizar el funcionamiento adecuado de los ecosistemas en la Península Ibérica.

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Más fotos en la web de: Fran Alfonseca.

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Juan Antonio

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